martes, 16 de marzo de 2010

Puñeteros

Durante estos días de combate contra el miedo y la tierra me han dado una surra entre dos, como si fuesen una docena. Siempre latente, a la vez bien sabido el eco de la conversación me golpeó. Quede medio aturdido y pasmado que solo los nervios respondieron a la situación. Creo que uno de ellos dio un mal golpe por que vi como el sudor de las pupilas brotaban de dolor, pero por muy mal que pegue, este tipo pego fuerte. Después de unos minutos me levante, los villanos ya se habían dispersado por los días. Sacudí las manos en el pantalón y marche. Al llegar al cubículo en paz, se concreto la reacción física tardía en mí y regalé puñetazos a los ahora fantasmas que se abalanzaron sobre mi espalda. Pero ya era tarde. Ahora solo queda esperar que mis ecos golpeen tardíamente, sin el afán de herir.