jueves, 4 de diciembre de 2008

Algunos loquitos.


Un hombre como él, una mujer como él.
No se sabe, se conoce, se ha visto, se lee.
El vive. Esta hay, en la calle, pero el no esta aquí.
El sabe que así es mejor.
Él usa falda, todo el tiempo, así como las gitanas
¿Para qué?
Cosa de él.
Con el carro de supermercado en las manos empuja su vida día a día
Cada uno tiene su estilo de empujar su propio carro
Y por mientras los otros nos preocupamos de las bolitas dulces, de las jaleas y esas sandeces, corriendo de aquí para aya, chocando con todo, devorando (nos) todo (s)
Algunos loquitos de terno y corbata, de cartera y tacón, celulares todos, llaves todos, autos todos, infelicidad todos, cagados todos.
Mientras a ti, hombre de la falda, pasas con tu carrito por la mañana, por todo el día
Por las calles
te ví, ¡si! a ¡ti! con pantalones, no te vuelvas loquito
por favor, tu no.

martes, 2 de diciembre de 2008

Ruedas rayos ruedas.


Rueda, rueda, rueda. Sin parar la rueda, rueda sin destino, pero feliz muy orgullosa se pasea por el mundo, que en sentido contario rueda, dejando los días atrás, bien lejos.

Segura corre sin dirección determinada, nada claro, solo el paisaje, solo el aire. Los cabellos vuelan al son de vuelta y vuelta furiosa por el pedregoso camino.

Rueda, rueda, rueda. Se eleva al son de los pensamientos salados y oscuros. Corre más limpia, más gloriosa, como nunca nada se arranco de forma tan bella.

Sangra el cielo, explota el silencio de alegría, porque la rueda, rueda sobre sí misma y baila sobre un tiempo inconcluso e interrumpido.